Baldomá: «El diseño es un reflejo del entramado social y del desarrollo industrial, tecnológico, cultural y humano; no resguardar su historia sería negar nuestra identidad»
Gabriela Baldomá, consultora del área de Conservación y Restauración de Fundación IDA, exhibe la importancia del resguardo de los procesos y los antecedentes proyectuales de los grandes maestros para la gestación de ideas innovadoras.
La conservación de los archivos y las colecciones es, acaso, una de las tareas más importantes en un proyecto como el de IDA. Silencioso y puertas adentro, ocupa gran parte del esfuerzo institucional. Y para ese fin, el rol de Gabriela Baldomá es de suma importancia. Nacida en Rosario, es Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), tesista de la maestría en Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico y Bibliográfico Nacional en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y doctoranda en Teoría Comparada de las Artes en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Exjefa de restauración del Museo de Bellas Artes Juan Castagnino y de conservación del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO), actualmente dirige el Instituto de Investigación, Conservación y Restauración de Arte Moderno y Contemporáneo (IICRAMC) en su ciudad natal y es la conservadora de la obra de León Ferrari en la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo (FALFAA) en Buenos Aires.
Con una vasta experiencia en su labor, este mes responde las preguntas de la sección «Opinión Experta» del Old&Newsletter y explica por qué es necesario poner en valor tanto las producciones finales como sus procesos.
–¿Cuál es su experiencia con el diseño?
–Estoy atravesada por el diseño. En primer lugar, como consumidora; en segundo, como conservadora. En el mundo del arte, trabajo como conservadora-restauradora de acervos patrimoniales; en el del diseño, gestiono la conservación de los fondos de Fundación IDA, que reúnen la producción nacional plasmada en diferentes materiales. Esto me genera un gran placer y un gran desafío: es muy complejo todo el proceso, desde su registro y catalogación hasta su guarda y accesibilidad.
–¿Qué debe tener una pieza para ser considerada un buen diseño?
–Un buen diseño es atemporal. Se logra cuando el equilibrio entre estética y funcionalidad es perfecto. Claro que, al evaluar una pieza, también nos seduce su perfil creativo e innovador.
–¿Existe una identidad en el “diseño argentino”? ¿hay un solo “diseño argentino”?
–Entiendo que el diseño es un reflejo de la cultura de una sociedad y me cuesta pensar en una identidad para el diseño argentino porque estamos en un mundo cada vez mas globalizado. En este sentido, me emociona la obra de los grandes diseñadores argentinos que han marcado la historia del diseño nacional y han trascendido las fronteras.
–¿Cree que en Argentina el diseño es valorado socialmente?
–La creación de departamentos de diseño en las universidades argentinas a fines de los años 50 y principios de los 60 fue un primer paso para una valoración social del diseño ligado principalmente al desarrollo industrial. Es muy reciente la irrupción del diseño en nuestros objetos de uso cotidiano, y a ellos accede solo una parte de la sociedad. Creo que falta un largo camino, sobre todo si consideramos la creciente desigualdad social.
Por otra parte, no somos tan conscientes de que todo el tiempo consumimos diseño: la señalización en la via pública, los juego de niños en una plaza y las zapatillas que usamos son algunos ejemplos del diseño de la mano del avance tecnológico que consumimos diariamente.
–¿Cuál es la importancia de los archivos y las colecciones patrimoniales de diseño?
–Los archivos de diseño son fuentes primarias para investigadores y estudiantes, puesto que en ellos se encuentra información sobre la evolución de los materiales y la historia de las técnicas y se evidencian los procesos de diseño y el modo de trabajo de los grandes diseñadores. El estudio de esos documentos es siempre un disparador de nuevas ideas.
Estos archivos se complementan con las colecciones patrimoniales que reúnen las piezas icónicas, porque en ellas es donde el investigador, el empresario, el estudiante o el usuario acceden realmente al diseño, a través de todos los sentidos.
–¿Por qué sería necesario resguardar la memoria del diseño?
–El diseño es un reflejo del entramado social y del desarrollo industrial, tecnológico, cultural y humano. No resguardar su historia sería negar nuestra identidad.
–¿Qué condiciones debería tener una institución para hacerlo?
–Una institución cuya misión fuera resguardar la memoria del diseño de una sociedad necesitaría no solo reunir los documentos y las piezas icónicas, sino garantizar su conservación, su uso y su accesibilidad. Esto implicaría contar con una estructura física adecuada y con un equipo técnico muy preparado.
–¿Por qué cree que en Argentina, a diferencia del resto del mundo, casi no existen espacios museísticos que le otorguen un lugar al diseño?
Argentina, y America Latina en general, está atravesada por las urgencias económicas y la inequidad. Pocos gobiernos aplican sus recursos a este tipo de proyectos porque con ellos no obtienen apoyo popular… ¿o será que los argentinos aún no fuimos capaces de exigir espacios institucionales que resguarden nuestro patrimonio ?
–¿Cuáles son los desafíos de la comunidad del diseño para el futuro?
Los diseñadores se están enfocando en proyectar de manera más sustentable y responsable con el medio ambiente. También, por suerte, buscan que el diseño sea más inclusivo.



